La normativa islámica esta sobradamente clara, el sacrificio de los evangélicos (Judíos y Cristianos) es plenamente lícito para los musulmanes sin restricción. Incluso se prohíbe dudar de una comida preparada por un judío o un cristiano, y esa, además de ser doctrina constante y abundante en el Islam, es una práctica social y religiosa común en los países árabes donde conviven musulmanes junto con judíos y cristianos. Sin embargo los Shías son los únicos que se oponen a ello, incluso niegan el sacrificio de los propios musulmanes, si no es autorizado por un shía. Ese extremismo shíi se impuso en Europa, siendo parasitado por las mafias, los intereses subjetivos, y la ignorancia reguladora derivada de profunda ignorancia y vacío de autoridad.