La emergencia China ha abatido los intereses americanos en Iraq y Afganistán, dejando todo el esfuerzo y la inversión americana en vano. Un razonable y suficiente motivo para detonar un enfrentamiento global de grandes dimensiones, además de impulsar un cambio de paradigma en la inteligencia americana con visión holística y global alejada del particularismo y el regionalismo clásico.